Esta tarde, después de tantos meses
Necesité tu espalda
O más bien la línea en que inicia y se difunde
O a lo mejor el aroma que emanaba
Los juegos atrevidos de la luz en retroceso
La pista de aterrizaje de mis besos
Si fuera posible tenerla siempre de espaldas
Sin tener que verte a ti
Sin que te pertenezca
Acariciarla sin pedirte permiso ni opinión
Sin que estés
Sin que vuelvas
Deslizar el fino tirante de tu camisón hasta el extremo
Desnudarte sin manos, sin trampa ni cartón
Erizarte, intimar, intimidarte
Tu espalda a las anchas de mi respiración quemante
Las palabras en árabe que quejas
La sutil negación que precede a la entrega
Piel espejo extendida al reflejo infinito de sí misma
Ensimismamiento de mis labios en tu dorso