Hoy vi una rosa marchita colgada de un nudo de la horca
Debió ser uno de esos días para dudar del mundo y luego todo
Las calles se desmoronaban como terrones de azúcar en el café
Quién no habrá contemplado el lento caer de una tela ligera
En el aparente suave viento de una tarde intrascendente
Soplo el polvo de mis manos y los dedos se deshacen como arena
Todo en mi agenda resultó ser hoy ineludible e inesperado
Volví a nacer a duras penas con el sol insolente que me quema
Volví a ver a algunas gentes, les dije las mismas palabras
Curiosamente respondieron cosas diferentes, bien pueda ser
que tras ese aspecto conocido se escondan otros seres
Hoy vi un pajarillo aplastado por el neumático de un camión
Aun así, mantenía orgulloso sus colores de entierro
Escupí un buche de alcohol sobre la Santa Muerte
Si ya no sé en qué creer elijo lo tangible y milagroso
Enciendo un cigarrillo y lo deposito, piadoso, ante sus faldas
No cesa en griterío en cada calle, ni el estruendo en mi cabeza
Sueño que sueño y no puedo ponerme en pie. Parece que estoy vivo
Hoy apenas comí nada, no me acuerdo, no me gusta acordarme
Me hablaron de una mujer antigua que siempre dijo amarme
Yo relleno las horas con el mismo libro viejo y subrayado
En la plaza central de este planeta hay gente, demasiada gente
Multitudes