He logrado el milagro de vida en tu matriz prolífica y verdosa

Musgo suave y alisado como pubis pastizal extenso eras

Taiga almizcle azul inundada de amarillo denso

Quimioterapia de matices impensables, tu, hoy, toda

Intento imaginar qué más pudiera haber después de eso

Luego me vendrán con no sé qué razonamientos

Acerca de no quiero escuchar ni sé qué cosas prosaicas y ofensivas

Palabras relativas a tus pezones amamantadores suaves

La vida que das blanca como cascadas despeñándose en la boca

 

A decir verdad y no filosofías de tres al cuarto marginales

Al principio

Intentaba no pensar

En exceso

Creía que hacía mi parte y me esforcé en hacerla con decoro

 

No puedo negar la evidencia que amenaza alcanzar mi estatura

Pues mi altura al nivel de las pisadas está al alcance de cualquiera

Quien crece a partir mío no me pertenece desde entonces

He comprado para ella libertad total, abisal, absolutista

Y en el lecho mismo de que me niegue y me lastime

Puedo jurar que no he tributado un justiprecio

 

 

No escribo yo, otra mano maestra me rescribe

Me lleva de la mano torpona que a duras penas

Logra curvar la característica de la C

Redondear la forma imprecisa de la O

Afilar el lápiz una y otra vez para enclavar sin escribir

Gozar sobre el dolor delicioso de bloc tierno y aromático a nuevo

Tachar, corregir, fornicar, manchar, borrar, ensuciarnos

Me hace escribir sobre la plana cosas que yo no deseaba decir

Me impone: Debes poner «Maestra» con mayúsculas

Venga, sea, doy, concedo si convicción ni yugo

Por temor al reglazo en el regazo aromático de la maestra

¡Maestra! exclamación, hipérbole

La Mano Maestra conduce mi escritura

Huele aflores densas y marchitas su regazo

No soy yo el que esto escribe

Duele que se apodere esta presencia de mis palabras angostas

Mis actos son hechos pasados que no interesan a la Historia

 

Fui

 

Huí

 

Mientras huía e intentaba ser al mismo tiempo

Cosa de todo género impasible

Sólo tuve un vecino que me apoyase

Le dicen El Ramstein y las mujeres le llevan las sobras

Dice cosas graciosas y no parece demasiado peligroso

Otra cosa muy distinta

Es dejar a los hijos cerca o sin advertencia de posibles muy malas compañías

 

Pero El Ramstein posee siempre palabras preciosas como joyas

Digamos… jacaranda, zozobra, lluviazul, dispareunia, straciatella…

Mira lo que he encontrado para ti hoy, me dice:

              —Alga

—¿Alga?

No, escúchala. Aprende a paladearla –declama el loco Ramstein-

Escucho alga una y dos veces. Luego la tercera y la veinte

Hasta que logro convencer a las terminaciones.

Sostengo que Alga es el nombre inmortal de una hembra irreverente

Si volviese a tener una hija –lo cual es de todo género imposible-

Tendría por nombre Alga

 

Alga de interminables brazos cuajados de caricias verdes para hombres color celeste

 

Alga

 

Definitivamente