Creo que lo más doloroso es reconocer necesitarte
Aunar a los míos tus espacios vacíos
Intersectarnos para engrandecer la nada
Una batalla de piezas de ajedrez devoradoras
de carne de caballo y ropaje de rey
De sutiles aperturas holandesas
inacabables posibilidades de acorralarse mutuamente
Aceptemos que siempre me has tenido
aunque sea a control remoto
Mando a distancia que me seas
tatuaje indeleble al paso de caricia
Parte de mí
Tuya es mi piel tu espacio tu trazo tu contorno
tuyo su temblor su irisación su trémulo frío
Tú dibujas y yo exhibo tu arte sobre mí
Tu estampida a través mí
Tu escoriación en mí
Tu firma y santo y seña
El queloide de tu beso enfermo
en
ese mi
labio
Eres una cicatriz en un lugar inoportuno
Un ensañamiento siempre presente
Inocultable a la curiosidad ajena
Te di paz y paraíso para que desaparezcas
Entretenida con las algas y los oleajes
el cambio de estaciones
el envejecer ajeno
y que no regreses por aquí en un par de milenios
Y que yo, alimentando mi ardilla
Quebrándole las nueces
Con dedicada paciencia
Viéndola afanarse en dos manitas
Tenga por fin en quién confiar