A Zhao se le puede atribuir la creación de un nuevo subgénero, el docudrama lírico, que combina realidad y ficción con un retrato íntimo de la masculinidad estadounidense en general y el de un tímido y solitario vaquero que intenta encontrar el camino de regreso a la única vida que ha conocido. Utilizando un elenco de actores no profesionales, la mayoría de los cuales interpretan versiones de sí mismos en una historia extraída de su vida cotidiana, la película de Zhao obtiene su fuerza de la verdad que lo impulsa y lo inspira. El resultado final es el drama directo y crudo de la vida.
El protagonista, Brady Jandreau, hace su debut en «The Rider» como una versión en pantalla de sí mismo en un momento crítico de su vida. Tal como dice Zhao, ella quería hacer otra película sobre la gente de Pine Ridge, y se entusiasmó especialmente con Jandreau, quien posee un carisma natural que cautiva inmediatamente al espectador.Lo que la directora no imaginaba es que su historia terminaría contando un terrible accidente en una de las competiciones de rodeo de Jandreau, que alteró para siempre el curso de su vida y el guión original.
Entre las escenas más destacables hay una doma de un caballo bronco que realiza Jandrou con singular maestría y que traslada tanta pasión por su oficio que a nadie pude dejar indiferente.