Un recorrido sobre las atrocidades del Tercer Reich en la figura de un hombre común que  transforma su moral para justificar los hechos, al tiempo que indaga en su compleja personalidad.

A través de más de mil páginas, Jonathan Littell describe magistralmente las complejidades de la mente humana y cómo pueden, en un contexto erróneo, generar toda suerte de conflictos en una sociedad.

«Las benévolas», de Jonathan Littell, es una obra monumental y audaz que enfrenta al lector con los oscuros recovecos de la humanidad durante uno de los periodos más sombríos de la historia moderna. A través de los ojos de su protagonista, Maximilien Aue, un oficial de las SS durante la Segunda Guerra Mundial, Littell ofrece una visión única y perturbadora del Holocausto y del funcionamiento interno del régimen nazi.

La elección de Littell de narrar la historia desde la perspectiva de un perpetrador de los horrores del Holocausto es valiente y polémica. Sin embargo, no se trata de una glorificación del mal, sino de un intento de comprender cómo las personas pueden participar y perpetuar atrocidades en masa. A través de la mirada de Aue, el lector es arrastrado a una espiral de racionalizaciones y justificaciones que pone de manifiesto la terrible facilidad con la que el mal puede normalizarse.

Littell crea un retrato detallado y vívido de la Europa en guerra, desde los campos de batalla del frente oriental hasta las escenas de horror de los campos de concentración. Su atención al detalle histórico y su habilidad para capturar la atmósfera de terror y desesperación de aquellos tiempos son impresionantes. La prosa es densa y llena de referencias históricas y literarias, lo que exige del lector una lectura atenta y reflexiva.

A lo largo de la novela, el autor explora temas universales como la culpa, la responsabilidad y la naturaleza del mal. Aue es un personaje fascinante y complejo, a la vez que repulsivo y perturbador. A través de sus ojos, vemos la banalidad del mal, cómo las atrocidades más horrendas pueden ser perpetradas por personas comunes atrapadas en circunstancias extraordinarias. La sexualidad del protagonista, descrita de forma tan cruda como los asesinatos, es otra de las áreas de exploración a lo largo de la novela.

El estilo de escritura de Littell es excepcional. A pesar de la gravedad de los temas que aborda, su prosa es a menudo hermosa, llena de descripciones evocadoras y reflexiones filosóficas profundas. Es un autor que no teme enfrentar la oscuridad de la humanidad y exponerla con brutal honestidad.

«Las benévolas» es una novela provocativa y desafiante que seguramente provocará debate y reflexión. Sin embargo, su poder reside en su capacidad para confrontar al lector con la capacidad humana para el mal y la indiferencia, y para hacer preguntas difíciles sobre la responsabilidad y la complicidad. A través de la historia de Aue, Littell explora el lado oscuro de la humanidad y nos desafía a mirarlo de frente.

Aunque «Las benévolas» es sin duda una lectura difícil, es una que vale la pena emprender. Esta es una obra que nos empuja a confrontar la historia y sus horrores, y a reflexionar sobre las implicaciones de nuestras acciones y decisiones. La narrativa de Littell es un testimonio de la capacidad de la literatura para explorar los aspectos más oscuros de la experiencia humana y para provocar una reflexión profunda y significativa.