Comienzan a acumularse en la superficie del planeta centenares de contenedores con material de construcción, equipamiento técnico, unidades biológicas y estaciones de terraformación. Los colonos llegarán en dos meses. Ahora les corresponde a los androides desarrollar una actividad frenética para crear las condiciones de habitabilidad adecuadas. Una racha de viento arrastra una bolsa de plástico hacia las dunas. Luego, la tapa de un recipiente rueda hasta unas rocas color óxido. Más tarde, la etiqueta de un embalaje se adhiere a mágicamente la tapa. Muy pronto el hombre podrá afirmar que ha conquistado un nuevo mundo, muy distinto del basurero azul que ha dejado atrás.