Todos los dioses en mi contra sucedidos

Los malos designios unidos en destino escrito en tinta de limón

Hidra de siete cabezas hechas una con tu rostro

El apoderamiento del pistilo de lirio

Tronco viril en húmedo insecto alado y bello

Delirio obnubilado en la ceguera de mirarte

Ya no eres joven y sigues siendo bella

Maldito sea el único beso que me diste

y sella nuestro acuerdo de cadáver

Tundra, toda tundra árida es esta espalda mía de tu curso

que se eriza carente de caricia y latigazo y suplica huella de casco de caballo

Ven, recórreme por más que duela la suela de tu pie sobre esta tu planicie

Campo de Marte de amores que te tuve sin cuartel y con desprecio de la vida

Hostígame si crees que ganas

Mata si es preciso

Tengo de ti el martirio y la dulzura

La lectura de manos, los posos y las tripas

No sé del destino más lo intuyo

Antigua carta de navegación cobriza

que me guiará a donde se acaba este planeta plano y finito

Si no fuera por esas mujeres sin pechos y con arco

Esos reyes con la cabeza en el torso

Esos territorios inexplorados donde gobiernas

Mi diminuto mundo no tendría sentido

Te ves tan tierna cuando sueñas, hidra

Que no parecieras abrigar maldad alguna