Tenía esta noche extensa la necesidad de una frase descuidada
aunque fuera hostil e ingrata o dolorosa
Algo que declarase algo así como soy tu enemiga y ya no te soporto
Y que sonase a que había un ser de carne y tela
Detrás de una palabra o dos
Un punto de apoyo, una palanca para poder mover mi escasez
Alguien a quien importase lo suficiente como para despreciarme
Pero no. La noche transcurre sin prisa alguna
repitiéndose a sí misma, comedida. Por no cambiar
hace horas que no cambia ni el silencio angustioso de la calle
Impera la soledad de tal manera que nada la turba
Comprendo ahora el poder y la altivez con que demuestra
Su enorme capacidad de oscurecer a los que toca
Su deseo de comerse los sonidos y las quejas
Su avanzado estado de gestación de almas doloridas
Soy transparente, así que en verdad he muerto
Tal vez para todos menos para algunas compañías
para las que tengo el nombre equivocado en que persisten
Falta poco para que el recibidor no reciba siquiera
Estados de cuentas por pagar mojados por el aguacero
Deudas contraídas con todo y con todos de por vida
Que dejaré pagadas puntualmente, ahora que pueda
Da igual la una que las tres. Tal vez el único matiz
Es que cada vez hace más frío, o me enfría más
esta ausencia que abofetea con mano frígida
Al ritmo de esta noche implacablemente lenta
Podría vivir cuatrocientos años bíblicos
Pero sin hijos
No nace nada de mí
No nace nada