Bajo los resortes del colchón destripado con florecillas estampadas
lleno de manchas crema y café de fluidos de humanos transcurridos
junto a unos botes de lejía que todavía contenían algo aprovechable
entre muchas bolsas del súper desgarradas con residuos orgánicos
apareciste

Esa fue la declaración de Protasio Martínez, edad veintitrés años
de oficio pepenador y a veces, si se ofrece, albañil y electricista
con domicilio en Chimalhuacán, por el rumbo de Xochiaca
calle sin placa aún, pero que todos le dicen Tezontle Alto
S/N
Soltero
Sin antecedentes
Hijo de (espacio vacío) y de (espacio vacío)
Indocumentado
O sea, todo sin,
al ser interpelado por la judicial

Andaba Protasio en lo de las latas de aluminio
escarbando en la basura mil veces escarbada
Seleccionando cuidadosamente cualquier cosa aprovechable
algo que se le escapa siempre al camión
cuando encontró lo que parecía ser una mano
lo cual no es novedad ciertamente en estos días
Como todos hemos de volver, primero Dios, a la basura
se tapa el difunto con lo primero que se encuentre y a otra cosa
Un paraguas casi nuevo, bolígrafos publicitarios
El vapor naranja que emana del vertedero
un día como cualquier otro

Pero al apartar unos escombros
y contemplar tu rostro, aún muerto
supo que se le había aparecido la Virgen

Protasio no es un ignorante
Sabe leer y firmar
aunque se le resiste mucho eso de los números
No tiene credencial de elector
Por eso le dan lo que quieren por las latas de aluminio
alcanza para comer y un mescalito con los cuates
una puta al mes y eso sí, la TV satelital pirata
y que no falte y a Dios gracias

Después de vender al peso los frascos vacíos de perfume
sin contar las monedas, cuando se acaba la tarde
Se baña en el canal, se pone los restos de una loción cara
se encuentra en la cantina con el Luque, Marcial y la Chana
Les dice, muy serio, que tiene algo importante que contarles

Como esas cosas sólo le suceden a los pobres
nadie pone en duda sus palabras, ni siquiera la judicial
Claro que a Protasio se le acusa de haber leído páginas
de los muchos libros que se tiran sin abrir a la basura
hasta con el plástico y la etiqueta con descuento
lo cual dice mucho de su credibilidad como testigo

Al día siguiente lo acompañan Doña Justa y la Chana
ambas muy de Dios, muy de la Iglesia, muy ortodoxas
Protasio levanta el cartón de la caja de la pantalla de plasma
con el que te cubrió anoche para que no te diera frío
y tu rostro radiante los deslumbra

Caen los tres de rodillas ante tu hermosura destellante
Jamás un humano ha presenciado nada más hermoso
nada más inexplicable

Tu luz apaga la radiación naranja del vertedero
Te alzas entre los desechos como una diosa
anuncias dos que tres malos presagios para el mundo
Y sigues ahí, saliendo en primera plana de los periódicos
sin querer salirte de mi vida