De la flor del morir
tres pétalos tan sólo eligió Miriam:
El azulado turquesa
El verde limón
Y el verde oscuro de oscuridad verdosa

Puso entre sus labios uno de ellos
Rozó levemente con la lengua
El color intenso
Degustó la historia contenida
Abrió mucho los ojos
Como queriendo decir
Que por fin había entendido
La trinidad del misterio
Los orígenes del mundo
El bien y el tono rojizo de las sandías
Lo que une a hombre y mujer
Lo que separa a los padres de los hijos
La paradoja de Olbers
La apertura siciliana
Y otras cosas
Que sólo ella había imaginado

En ese momento
Cayó fulminada y con espasmos
Y con un espumarajo de símbolos
Que coleteaban como pececitos
De su boca