De mis labios nazcan las más bellas blasfemias

Donde apuntó el acorde coloqué el beso perjuro

Donde muerde el diente está el tridente

Cómo lleva el viento las hojas eso sí sabemos

Cómo despoja el sureste a los desnudos

Expertos de la nada

 

Tengo de ti la cuerda y mordeduras

Hágase hueso la cadena que me escucha

No pedí yo esta voz ni este estrépito rotundo

No esta noche dislocada y gélida en diciembre

Ni la urdimbre urdiendo sabores ácidos a oscuras

 

Regreso a la fatiga de mí, que es contemplarme

En el rechazo sincero de estos ojos mentirosos

La hiedra que se me sube grisácea e incontenible

La carcoma que me llena y que me horada

Conocedora de mis cavidades y mis huecos

Los temblores que me cimbran la conciencia

Las inundaciones de lágrimas a solas y en secreto

Sólo ella devora y sabe

 

Soy yo, por menos que me guste

Y el que está dentro de mí y asoma descarado

Saluda un nuevo año, un nuevo no sé qué, saluda

A todo lo que se le ponga por delante

Quiere creer que sí, que sí hay futuro

Donde quiera que esa noción rara aprendió a ocultarse