Las bofetadas tenían un doble propósito: causarme dolor y arrancarme lo que aún me quedaba de persona. Convertirme en cosa, sin nombre ni capacidad de sentir algo, lo que fuera. Hasta el dolor se transformaría después en algo ansiado.
Christian Fernández Alonso, galardonado novelista ("Buen Ladrón" Premio Ateneo de Valladolid), es consultor y profesor de Inteligencia Artificial. Se especializa en la intersección de literatura, arte y tecnología. Conoce más sobre el autor en https://christianfernandezalonso.com