Exactamente en el cruce del pasillo doce con la avenida cuatro. Ahí está Rinti. Para quien no lo conoce, el cementerio de Colón de La Habana puede ser un inmenso laberinto de lápidas y estatuas. Pero con la ayuda generosa de Don Justo, el celador, encontramos sin dificultad la tumba de Jannette Rider fundadora del Bando de Piedad, la Sociedad Protectora de animales de Cuba. Cuentan que Rinti, su leal can, acompañó a la difunta hasta el lugar exacto de su eterno descanso, se tumbó allí durante días y aguardó pacientemente la muerte para seguir siempre con su dueña.
Inseparables
Publicado por Christian Fernández | Ago 23, 2018 | Microrrelato | 0 |