Ayer me dijo un cliente que si me creo que mi culo es una hucha y me majó a hostias. Usted haga como que no se lo he contado y le suplico que madre no lo sepa jamás. Siga cuidando de mi madrecita santa y que estos euros que le mando para la diálisis le sirvan un tiempo, que estoy trabajando duro para mandarles más. Cuéntele qué buena decisión fue venir a Barcelona, que aquí se matan por ingenieros de sistemas como yo. Dígale que me está yendo muy bien, gracias a Dios, nada que ver con Lima, allá no hay futuro.
Ramblas
Publicado por Christian Fernández | May 7, 2018 | Microrrelato | 0 |