Cierro los ojos y puedo ver tu amor en desbandada, todas las promesas y los besos dados revoloteando un momento para alejarse después, siguiéndote en tu huida. Si haces el más leve movimiento, la parvada te sigue, ciega, pero no yo. Ya no más.  Visto un luto prematuro por ti porque moriste hace tiempo y en verdad, agradezco esta paz nueva que me da verte alejarte. Lloro más tu soledad que la mía. Antes te deseaba. Ahora deseo más que nada que no vuelvas.